por Fernando E. Chávez Finol
Diseño: Ale Arjona
Foto: Cortesía MTV
No fue la noche de los Kurt pero, sí, fue la noche de los Kurt; es decir, fue la noche cuando nos enteramos de la muerte de un Kurt, al ver sin escuchar en la tele, al otro Kurt (el reportero de noticias de MTV: Kurt Loder) anunciar la noticia de la muerte de Kurt Cobain, por eso: fue la noche de los Kurt. Y, bueno, digo, “que no lo escuchamos”, porque estábamos tocando en ese momento, es decir: “Polvo Sónico”, en una casa de la zona norte, en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela.
Esa era una de las maravillosas noches de principios de los años noventas, cuando el grunge estaba de moda (no sólo en Maracaibo, pero sabrán entender), y todos los fines de semanas, se hacían fiestas de AFS (la asociación de intercambios de estudiantes) o, en cualquier local de la ciudad, era normal ver las camisas de cuadros negros y rojos de los montañeros, las botas de camioneros, y los pantalones vaqueros con huecos en las rodillas y en hilachas, de los grupos de música con batería, bajo y guitarras, abarrotados por todos lados. Yo, era uno de ellos, y era también, el bajista de una de esas bandas. Pero, esa noche, en una casa de la zona norte, en la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela, además de nosotros, tocaban los “Jardín de Piedra”, dos grupos que eran casi inseparables en la escena musical de la ciudad.
Viéndolo desde afuera, éramos simplemente el grupo del San Vicente (los Polvo Sónico) y el grupo del Bellas Artes (los Jardines de Piedra), creo que la camaradería era originada por los pares de Marco/Ricardo y José Gabriel/Alfonso. Para los que no habían oído nombrar a “Polvo” y a “Jardín”, seguro estarán un poco perdidos, y los entiendo, y se deben estar preguntando, también: ¿pero qué fue lo que pasó en la noche de los Kurt? La verdad es que nos sentimos muy mal todos.
Recuerdo que para esa época estudiaba en el CEVAZ —el curso sabatino—, (una verdadera pesadilla para cualquier adolescente, porque siempre íbamos con resaca a las clases) y una compañera, por luto, dijo que no se iba a lavar el cabello por siete meses (menos mal que estábamos terminando ese nivel: no sé si cumplió la promesa). La cuestión fue que nos sentimos como si hubiésemos perdido a un padre, porque nos sentimos un poco como unos huérfanos todos.
Rafael me contactó desde Maracaibo, hasta Concepción, Chile, para que escribiera un par de textos acerca de esos dos grupos: “Polvo” y “Jardín”, y mientras coordinábamos el contenido, me acordé de esa noche, y, decidí comenzar esta colaboración, con este recuerdo/texto. Me parece una labor maravillosa, la que está haciendo él, no sólo con el rockumental, si no con levantar una memoria colectiva que está tan viva como en aquél momento. Es por ello que decidí sacar tiempo del tiempo para colaborar con una labor que quedará para todos, los de aquella generación, como las de esta, y la venidera.
Espero que los otros partícipes de esa noche ayuden a recrear esta pequeña primera anécdota de “Polvo” y “Jardín”, cuando me confirmen si estoy bien en recordar que esa fue la primera vez que tocó la batería en “Jardín” al que llamaban “El Pulpo”. Los dos guitarristas (de “Jardín”) eran: Alejandro y Felipe, Alfonso, tocaba el bajo, y el cantante era, “Petete”: José Gabriel Hernández. En “Polvo Sónico” estábamos, yo, Fernando, en el bajo, Humberto, en la batería, en las guitarras: Ricardo y Juan, y el cantante era, Marco, Marco Montiel-Soto. Como mencioné, todos estudiábamos en el colegio San Vicente de Paúl, el que queda, en Delicias en el sector de Tierra Negra, en Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela, y los de Jardín estudiaban todos también, en un mismo colegio: el Bellas Artes, en el sector de La Lago.
Tengo tantísimas anécdotas de aquella época, que me gustaría comenzar con una muy curiosa, la cual también incluye a las fiestas de AFS, ya que en ellas coincidíamos casi todos, los de la escena local, y es que en el set de canciones de todos, podría decir que el 90% de las bandas tenían en ella, la canción “Plush”, de Stone Temple Pilots, (porque era bastante sencilla de interpretar, y estaba de moda) y como había una muy buena camaradería, nos sorteábamos entre todos, a ver quien se quedaría con ella, para que el resto, llenara el vacío con otra canción. También podría nombrar que “Polvo”, fue una de las primeras bandas de esa época, en salir a tocar con material propio en un, también, digamos, 90% del set de las canciones. Las únicas canciones que no eran de nosotros, es decir, “covers” eran: “Resiste” y, “Manos frías” de Sentimiento Muerto, (las alternábamos, porque creo que sólo tocábamos un cover por set, de 8 canciones, en promedio) y, “Animal” o, “State of Love and Trust” de los Pearl Jam, cantadas por José Gabriel, a quien invitábamos a subir con nosotros.
Volviendo a uno de los Kurt, creo que no tocamos ninguna versión de ellos, es decir, de Nirvana, los pioneros del género, gracias a los cuales, el mundo de la música cambió a principios de los noventas, para volverse de la noche a la mañana, de un sonido bien producido, con teclados y efectos ambientales, a un sonido crudo y directo, como el de una cachetada con la mano mojada (es legendario el comentario que dice de Nirvana, cuando desplazó a Michael Jackson en el número uno de las listas de ventas en los Estados Unidos, fue algo así como la mítica historia del David, venciendo al Goliat, si comparamos el presupuesto de aquél, con respecto a los de éstos, en la producción de sus discos respectivos).
En fin, recuerdo haber leído, también, algo del cantante de Poison, Bret Michaels, la banda del llamado género del “Glam Metal” —porque se maquillaban el rostro para parecer más lindos—, confesar el final de su generación, es decir, de esa misma época, con una imagen tan hermosa como poderosa, ya que según él, lo que impactaba en la majestuosa recepción a doble altura del edificio en Los Ángeles, de su sello disquero, era un afiche de ellos, en una foto inmensa, en donde salían vestidos a la moda, es decir, con vestimentas en rosa y en colores como el fucsia, el verde resaltador y el amarillo chillón, además de maquillados, y con laca en los cabellos dorados, para hacerlos ver más voluminosos, como melenas de leonas, y ver, en cambio, para su sorpresa, una foto en sepia, con cuatro hombres vestidos de negro, casi, sin ver a la cámara, con los cabellos negros y enmarañados, con ojeras o lentes de sol oscuros, y con una expresión en el rostro de: ¡FUCK YOU TODOS! … el de los Alice in Chains.
Pues sí, en la noche de los Kurt, es decir, en donde el mundo entero se enteraba de la muerte de Kurt Cobain, a los 27 años de edad, en su casa de Seattle, en los Estados Unidos de América, estábamos en Maracaibo, Estado Zulia, Venezuela, los grupos de música inspirados por ese avasallador movimiento del grunge, de principios de los noventas: “Polvo Sónico” y “Jardín de Piedra”, tocando en una casa de la zona Norte de esa ciudad, exaltados y angustiados, en esa paradójica existencia llamada vida.
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