Escrito por Mauro Pérez
Imágenes: Cortesía Mauro Pérez
Diseño: Ale Arjona
En la década de los 90s no era común ver mucha gente tatuada y mucho menos saber quiénes eran tatuadores en la ciudad. No recuerdo haber visto ningún local donde se ofreciese el arte de la tinta en la piel, que luego proliferase con la llegada del 2000. Esto viene a colación por la visita que hice con un amigo a otro conocido - bajo ciertas circunstancias que no vienen a mi memoria - pero el asunto es que despertó mi curiosidad; ya que este amigo de mi amigo era un tatuador incipiente. Conversábamos entonces con César, y salió a relucir que él tocaba guitarra y había formado parte hasta no hace mucho de una banda llamada "Altos Depurados". De inmediato recordé que habían compartido tarima con mi banda "Arpía" en la Plaza de la República, dentro de las actividades del último timbre de un Instituto de Tecnología muy notorio en la época.
En esa oportunidad tocó "CuniRock" (quienes luego se llamarían Okinawa), y después Altos Depurados para seguir Arpía en: la noche del pedal roto, la huida cobarde de un tecladista y una inusual zambullida en el público. Durante la presentación de Altos Depurados me llamó la atención que no sonaban como ninguna de las bandas que en ese momento tocaban en la ciudad, de hecho no parecían rock, tampoco pop, y me decía que podrían ser la primera banda alternativa que escuchaba. Fue un set corto el que disfruté desde el obelisco de la Plaza.
Luego de nuestra conversación con César no tuve ninguna otra conexión con esta banda, hasta que una tarde - ya en este siglo - conversando con mi amigo Juan Carlos Pérez, ex batería de "Beatlemanía Maracaibo", me envía unas fotos por teléfono de unos chamos tocando. En una de ellas veo mi batería de principios de los 90s y Juan Carlos me pone al tanto que el baterista en esa foto es él y que la banda es en efecto: Altos Depurados... ¡Sorpresa! Discutimos un buen rato sobre aquella banda que había visto en los 90s y descubro que estuvo Miguel Ángel Rivas como bajista, quien también es un buen amigo, con el cual en algún momento intentamos uno de tantos proyectos inconclusos de esta ciudad.
En fin, me pareció interesante comentar algo de esa historia: Altos Depurados nació con la década de los 90s como una iniciativa de Jorge Guillén (Guitarra rítmica y principal compositor junto a Juan Carlos en la batería). A ellos se les une Carlos González como cantante, Miguel Ángel en el bajo y Cesar Cubillán en la guitarra líder. Luego de barajar varios nombres se deciden por "Altos Depurados", y bajo la composición de Jorge hacen sus primeros temas en una onda pop rock con algunos toques post punk, influenciados por Sentimiento Muerto. Esta formación ensayaba en el norte de la ciudad y fue la que tocó en la Plaza de la República. Otras breves presentaciones que hicieron tomaron lugar en algunas fiestas, entre ellas compartieron con la banda Antares, en el antiguo Jet Set.
Tienen un primer quiebre a finales del 92 con la salida de 3 integrantes; el 93 trae a Larry Prieto en la voz y Larry Rodríguez en la guitarra líder. Con esta nueva formación graban en 1994 un demo de 3 temas en CJ Estudios, con cierta tendencia experimental, movidos también por la influencia de Pink Floyd. Esta formación es la que se presenta en el bar J&D, uno de los puntos de encuentro en ese entonces para bandas de rock.
A finales de ese año, el cantante Larry deja el grupo para establecerse en Caracas. Así quedan como un cuarteto, encargándose Jorge Guillén de la guitarra y voz. Pero el grupo apenas dura un año. 3 años después deciden intentarlo en una onda acústica, pero en ese momento Jorge deja la banda para irse a los Estados Unidos y ahí se sella el fin del proyecto. Juan Carlos continuó tocando en la ciudad con la banda tributo a Los Beatles y Miguel Ángel con un proyecto de hard rock llamado "La Esfinge". Ambos actualmente se encuentran radicados en los Estados Unidos.
Juan Carlos rememora que durante la vida de la agrupación, no tuvieron mayores pretensiones que no fuese crear música. Los inicios fueron duros ya que ensayaban con equipos prestados. Si bien al principio tenían la sed de presentarse en vivo; los cambios de integrantes o quizás la ausencia de un guía o un manager, les llevó a ser más introspectivos y dedicarse a componer y disfrutar de los sonidos que lograban.
Esta pequeña reseña sirve como homenaje a una banda que, como muchas, nacieron en la década de los 90s y tuvieron un breve vuelo por la Plaza de la República, quedando en el recuerdo de todos los que estuvimos ahí.
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